sábado, 19 de noviembre de 2011

Ayúdame marinero




Marinero de los mares de mil mundos
ven a prestarme tu dilatada nostalgia
que para amarla no bastan mis penas y tristezas,
ni el eterno recordar sus cálidos besos,
que se ha ido entre brumas y reclamos
por mis culpas profanas impiadosas.

Dime tú, intrépido capitán que puedes navegar
arribando entre nieblas y tormentas,¿Cuál es el rumbo de su nao?...
Pregúntale al mar en su idioma de olas…
¿Hacia dónde el corsario torció su proa?
Pídele a tu mar que me socorra del naufragio,
detenga al viento que apura esas velas,
entonces, elevemos anclas, hermano marinero.

No habrá frío, sol ni ausencias
que detengan mi viaje sobren la estela de su partida,
sólo te pido tu piel tostada, lobo marino,
sin alma ya, el temor no estorba para surcar
a rescatar mi tesoro de intrusa barca.


Ven timonel, busca tu oriente contando estrellas
mientras yo, desesperado vigía sin visera ni mar
hurgo desde mi torre el horizonte nublado de mi objetivo;
préstame tu pericia, marinero de noches sin luceros,
para avistar su posición anclada en mi espera
dime, marinero sin nervios que olvidaste el sueño,
si abordamos a estribor su furtivo navío.
Dime marinero de románticos arribos a extraños puertos...
cuántas promesas le hago y cuáles penas le cuento...

Ven marinero a silbarle danzas a tus sirenas
diademas de luciérnagas traigan sobre las espumas
que iluminen la pálida transparencia de su tez,
amada golondrina que en suave brisa tibia,
remolcaremos hasta el ensueño caluroso de nuestro nido.

© Julio Ramírez Jarmas

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