sábado, 19 de noviembre de 2011

Mar envenenado


Mar de rostro incierto, mojado peregrino
gladiador incansable de huracanes furtivos
tu muerte está arreglada entre obscuros motivos
brutal veneno, tus verdugos los negros vinos.

Gaviotas y esturiones extravían sus caminos
pescador sin peces, secas redes, muerto vivo
alegrías ausentes, nostalgias de arribos
lamentos de enlutadas arenas y marinos.

Brisas y demonios asfixian las nobles nubes
que orinan toxinas sobre el rey amazónico,
torpe la luz, temor del cóndor, ¿A dónde sube?

Mar que aun haces tuya la luna en tu agonía
no dejes que dioses te habiten ni den fronteras,
Chernobil, Nagaski, de su voz son elegías.

© Julio Ramírez Jarmas

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